lunes, 3 de septiembre de 2007

The Last King of Scotland

De 10 de abril del 2007




The Last King of Scotland es tan buena que tengo poco que decir. Forest Whitaker tiene bien merecido tiene el Oscar al mejor actor.

El escocés (no, no me refiero a un whisky, sino al actor) James McAvoy que hace del Dr. Nicholas Garrigan también está muy bien.

Es como entrar en una máquina del tiempo y regresar al pasado, a los '70, a una época en que aún creíamos en el progreso indefinido y estábamos todavía convencidos que algunos países iban más adelante que otros y había que seguirlos.

Una época en que se pregonaba el marxismo que se llemaba la boca con los pobres, pero la nomenklatura vivía como reyes. En que se llamaba al pacifismo, pero se usaba las armas en contra del propio pueblo, como el caso de Idi.

Un tiempo en que ya se sabría -pienso yo- del sida -sobre todo en África- pero nadie quería hablar de él.

La era de acuario y, sobre todo, del amor libre. La pandemia incontrolable del sida, la sufrimos hoy...

En que había que mantener alguna apariencia, pero por detrás, hacer todo lo que se nos pasaba por la mente. La gente pensaba en aquel entonces que ser libre, era hacer lo que una quería, en el momento, sin pensar en las consecuencias.

Mal queda la diplomacia británica, probablemente lo tiene merecido.

Y mal a la sociedad británica de entonces, tan esmerada en guardar las apariencias, en que todo reluciera por fuera, daba lo mismo como fueran las cosas por dentro. La primera escena en que los "recién recibidos" se lanzan al lago medio desnudos teniendo a una especie de castillo de Hogwarts detrás es... sintomática.

Al igual que las escenas en la casa del joven médico, perdón, de sus padres. Parece que ellos sólo estuviesen interesados en que él hiciera una carrera y en nada más. Cero contacto, cero cariño, ninguna relación personal entre ellos.

Supongo, en buena parte, los problemas de inteligencia emocional que tenemos hoy treinta años más tarde, se deben a esta forma de ver la vida... una vida doble.

Sin duda, el mejor de todos los personajes es el Dr. Thomas Junju. Ni muy ingenuo, como para creer lo que le dicen, ni muy cobarde como para no ofrecer su vida por salvar a otra persona.

En fin, muy buena, se merece el Oscar, digna de verse. NO ES PARA NIÑOS.


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