De 4 de octubre del 2006 pero en aesd.
Ayer en la noche fuimos a ver World Trade Center, con Nicolas Cage (Lord of War y National Treasure) y Michael Peña (el "papá" en Los Angeles Crash).
Excelente, más película que Flight 93, que fue más bien una película documental, aunque también muy buena, no le quiero quitar nada de sus merecidos atributos.
Yo no sé qué pensarán los alemanes de la aparición de NSJC con una botella de agua mineral en la mano. Yo pensé en aquello de "El que bebe del agua que yo le dé, no tendrá sed". Para los alemanes, esto debe ser como lo que me decía una amiga chilena acerca del rezo del Santo Rosario en Sobreviven que no lo van a entender o se van a ir por el lado del milagrismo.
La verdad es que, cuando vi la imagen de NSJC con la botella de agua, no lo podía creer, me dió vergüenza ajena, es que a mí tampoco me gustan estos arrebatos de religiosidad popular; pero tengo que reconocer que, en definitiva, la escena está bien, esa escena y las posteriores que explican que fue lo que Will Gimeno vió y que le sirvió para sobrevivir y ayudar a John, que estaba unos seis metros más abajo que él. Es impresionante cuando le dice al otro bombero que le corten a él la pierna para salvar a John.
John, Will, Rodríguez, Pezzulo, Kassimatis son héroes de nuestro tiempo. Así los veo yo al menos. Gente común y corriente, que cumple con su deber de cada día, a conciencia y con alegría.
Hombres sencillos trabajadores, esforzados (John se levanta a las 3 y media de la madrugada y se despide de sus hijos mirándolos dormir), que quieren salir adelante.
Me impresiona que admiren a su jefe, John. Esto es lo que le confiesa Gimeno acerca de los miembros del grupo que se ofrecieron voluntariamente para entrar con él en el edificio para colaborar en la evacuación. En vez de dedicarse a hablar mal de quien manda, costumbre tan habitual en nuestra sociedad.
Son personas sencillas que se convierten, un día en héroes porque han vivido un día tras otro heroicamente, pero sin buscar lucirse, ni menos trepar por sobre los otros.
La camaradería y la amistad sincera (¿puede haber amistad que no sea sincera?) es uno de los valores o bienes (depende si somos idealistas o realistas) que transmite o da a conocer esta película. Pero no una camaradería que se imponga por ley u ordenanza entre los policías, sino una que sale del corazón.
La familia, los colegas (ver a la colega chinita de Allison que se ve después en su casa, con toda la familia de ésta) y los amigos juegan un papel importante, son las redes naturales de la solidaridad. El caso de Mrs. Gimeno es emblemático de la sociedad americana (dijo americana y no norteamericana). Un hispanic casado con una ítalo-alemana. Los padres de ambos se conocen y se pasan todo el tiempo -en que tienen que ayudar a Allison- juntos, apoyándose.
Donna (Maria Bello) es un poco la mujer fría, pero que en realidad muestra esa frialdad como una forma de protegerse. Tiene algo de la alemana del Norte o de Westfalia, esa a la que le enseñaron que no mostrara sus sentimientos (algo bastante distinto al estoicismo). Pese a todo, tiene una sonrisa dulce y cuando se abraza con la negrita que había perdido a su hijo ascensorista y ambas lloran desconsoladamente, parece que se deshace, por fin, toda su frialdad.
Lo mismo cuando John le dice "tú me salvaste". Yo pensaba, en ese momento: ¡dícelo Donna, si no sobrevive, le seguirás hablando de los muebles de cocina que tiene que terminar! ¡Por no escucharte hablando del tema, seguro que John hace cualquier cosa y hasta sobrevive!
Sinceramente, me gusta más el modelo de matrimonio de los Gimeno que el de los McLoughlin.
Capítulo aparte merece el (ex) sargento de los Marines David Karnes (Michael Shannon). Representa un poco a ese sentimiento de escogidos que tienen los gringos wasp. Es el típico metodista que entra dentro de sí mismo (es el mismo lenguaje religioso que se usa en Alemania, por eso lo entiendo perfectamente) y siente que Dios lo llama para que vaya al lugar donde se halla la ruina del WTC. Es una religiosidad muy distinta a la de la familia Gimeno.
Karnes no es muy clever, pero está decidido a realizar uno o más actos heroicos. Además, con esa altura, esa decisión -le dice al otro soldado que encuentra a su paso que desoiga a quien les ordene detenerse- y esa pinta -aparte del uniforme apropiado- no me extraña que haya pasado todos los controles e ingresado al lugar de la catástrofe. Recordemos que Karnes y su acompañante encontraron a Will y a John durante la noche y los bomberos habían advertido a los policías que no podían preoseguir la búsqueda durante algunas horas. (Espero haber entendido bien esta parte de la película). La decisión y a lo mejor, la exageración de Karnes es, en definitiva, lo que permite salvar a los dos policías.
No podemos olvidar al enfermero que había caído en la drogadicción y que comprende que, pese a todo, hay algo por qué vivir y que no vale la pena ahogar la propia vida en el mundo de los estupefacientes.
Y los policías, bomberos y enfermeros que sacan a John y a Will de entre los escombros. Sabiendo que, en cualquier momento se les puede venir todo abajo y morir en el intento de rescatarlos. Pero que, sin embargo, prosiguen con su tarea, porque son vidas humanas las que hay que salvar.
La música, está bien como acompañamiento. Por la música, se sabe qué tipo de escena veremos a continuación. No es espectacular, pero tampoco está mal.
En definitiva, una película muy buena y que les recomiendo. ¿A partir de qué edad? (ver El 11 de septiembre del 2001 y la falsa protección de los inocentes).
No lo sé, pero es bueno que los niños vayan conociendo desde pequeños que el sufrimiento y el heroísmo van de la mano. Y que, así como el ser humano es capaz de las mayores bajezas, también lo es de los actos más magnánimos. Esto no es mío, es, más o menos lo que dice al final de la película, el mensaje, que me recordó mucho esas historias heroicas de bomberos y policías que leíamos diariamente los lectores de Zenit después del 9/11/2001.
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