martes, 18 de marzo de 2008

Entrevista con Stefan Ruzowitzky


Queridos amigos de este blog, tengo el honor de presentarles la entrevista -traducida, claro- que el periodista de José M. García Pelegrín hizo al director de la película Die Fälscher o Los falsificadores

Apareció publicada en alemán en: FÄLSCHER, DIE


«Los falsificadores» muestra un capítulo fuera de lo común de la época nazi. ¿Se toparon con dificultades durante la realización?


Por supuesto que la dificultad era el peligro de depreciar el holocausto a una especie de «daño colateral». No me hubiera atrevido a presentar el horror cotidiano en un campo de concentración, pues siempre me había dicho a mí mismo: «Eso es algo que no se puede filmar”. Por eso me interesó contar una historia «diferente», la historia de un grotesco enclave en medio de un campo de concentración. En todo caso, siempre tuve muy claro que la película sería altamente política. Por eso mismo, intentamos no exagerar nada. La mesa de ping-pong, por ejemplo y otros muchos detalles más son auténticos. Ningún guionista se habría atrevido a inventar algo así. Las productoras reaccionaron positivamente frente a esta autenticidad.

¿Se puede decir que ha llegado el tiempo para las figuras «exóticas» que también hubo durante el nacionalsocialista?


Por respeto a las víctimas, hasta ahora muchas cosas no se podían mostrar. Sin embargo, la generación de los culpables y la de las víctimas se está ya extinguiendo. Hoy, el público cinematográfico se compone más bien de la generación de sus nietos. Esto abre nuevas formas de acceso a este intento de superar el horror de lo ocurrido.

¿Le ha ayudado la película a entender mejor esa época?

Sí, sabíamos que nos movíamos en una piscina llena de tiburones, de fuertes emociones. Para no «patinar» en muchas situaciones tuvimos que investigar minuciosamente. Por ello, recomendé a los actores, una y otra vez, que leyeran mucho acerca de este tiempo.

¿Son auténticos los aspectos de comedia de la película?


En este sentido, nos ayudó mucho el hecho que Veit Stübner
-el actor que interpreta a «Atze»- proceda de la RDA y haya estado en una cárcel del SED (Partido único de la República Democrática Alemana). Veit nos explicó que «en una situación así, es habitual que se cuenten chistes». Pienso además -aunque sea a otro nivel- lo que ocurre en «Un día en la vida de Iván Denisovich». Al final del «día», el protagonista puede decir que ha tenido, en cierta forma, suerte, pues ha encontrado algo de comer y ha sobrevivido esa jornada.

A dar autenticidad ayudó también el nonagenario Adolf Burger.

Sin duda; fue muy emotivo que los últimos sobrevivientes, Adolf Burger y Jack Plappler, visitaran el rodaje. En realidad, el auténtico Burger era mucho más radical que el que se presenta en la película. En «Los falsificadores», Burger no es la figura principal; el protagonista es Sorowitsch, un falsificador «de profesión», porque me fascinó su figura. Él había estado ya en prisión, como quedó de manifiesto en una escena de la cinta. Sorowitsch o Salomon Smolianoff ¾como se llamaba en realidad¾ era todo lo contrario a los intelectuales burgueses por quienes estaba rodeado. Después de la Guerra se supo que había «descubierto» en Argentina la existencia de obras de «antiguos maestros» de la pintura... ¡Genio y figura!

En su película, se enfrentan dos posiciones que tienen cierta legitimación moral.

Efectivamente; espero que los espectadores se pregunten: ¿cómo me habría comportado yo en una situación así? Salomon Sorowitsch tiene razón. Pero, Adolf Burger también la tiene. Todos están en la razón. De manera que no está claro quién se comporta correctamente. En el fondo, este es el tema de la película. Los sobrevivientes de la «Operation Bernhard» siguen hoy en día sin estar de acuerdo si el oficial de la SS que la comandó, fue un criminal -porque permitió que mataran a seis de los falsificadores- o tal vez, y pese a todo, un héroe, porque salvó la vida de los demás.

¿Es un «final feliz» apropiado para esta película?


El «happy end» definitivo se encuentra más bien al comienzo de la historia. Vemos a un sobreviviente con los bolsillos llenos de dinero y una hermosa mujer del brazo, en la Costa Azul ‘Azur. Pero entonces, este sobreviviente se plantea la cuestión: «¿Hice algo malo?, ¿fracasé moralmente?». De esto trata precisamente toda la película.

Entrevista de José M. García Pelegrín con el guionista y director Stefan Ruzowitzky.

3 comentarios:

ayco dijo...

Fantástico Marta! Muchas gracias, hay cositas con las que no estoy de acuerdo pero él es el director...

Una lástima que no le hallan preguntado por su película "Die Siebtelbauern" (te busqué el nombre original y todo)

Marta Salazar dijo...

Hola hola! también yo no estoy de acuerdo en bastantes cosas,

Gracias rayco! por el nombre original, ja ja! la viste? de qué se trata? de campesimos de la montana? es que el nombre en alemán ya es fatal... parece que esta es la tercera más conocida de él, después de Die Fälscher y las Anatomías (tampoco las he visto),

ayer salí con una amiga austriaca de paseo (compras y un café) y no sabía nada del Oscar!!!!!!!

yo realmente no entiendo por qué en estas latitudes la gente se interesa tan poco por el cine, hablan mal de los blockbusters yankees, y ni siquiera conocen su propio cine!

ayco dijo...

Marta, sí la vi. Creo que es su primera película y transcurre en un lugar igual al que comentas. No recuerdo todos los detalles pero era bastante buena, creo que es la que más me gustó de él, incluyendo la actual.

No me gustó la primera Anatomía y la segunda no la miré.